Yo no soy una de esas personas que le debe su hábito
de la lectura a Harry Potter. No, yo era una #booknerd consumada mucho tiempo
antes de que Harry Potter llegara a mis manos. Los libros siempre fueron mis
amigos, y todavía me sorprende que mi experiencia escolar haya sido
relativamente normal y que, hasta el día de hoy, pueda decir que sigo siendo
amiga de gente que conocí en la escuela.
Es que yo, debo admitirlo, no era muy normal en la
escuela. En las mañanas no podía hablar con nadie en el bus, era mi hora de
leer. Tenía una sola regla, si no me molestas mientras leo en la mañana,
entonces podemos conversar en la tarde. También recuerdo haberme tomado recreos
enteros para leer, hasta el punto de que alguna vez le dije a mis amigos: El
primer recreo es para leer, en el segundo podemos hablar.
Mi amor por los libros no ha disminuido. Normalmente
cargo uno conmigo, a veces dos. Leo en cada fila, tranque, almuerzo y, por
supuesto, cada vez que tengo que esperar en algún lugar. Pero antes yo era la
rara. Ahora cada vez hay más gente como yo.
Harry sí tiene mucho que ver con eso. He aquí un
ejemplo.
Yo leí Harry Potter por primera vez en el 2002. Ya habían
salido los cuatro primeros libros y mis padres le compraron los cuatro a mi
hermana en una Feria del Libro. Ella no leía
mucho, pero parecía interesada en los libros, y prometió leerlos. Yo me quejé.
Me podrían haber comprado algún libro a mí en vez de gastar en cuatro libros
que ella nunca leería.
Además, yo no tenía intención de leerlos. Un niño
mago. ¡Qué tontería!
Claro, en ese momento, subestime mi capacidad de
lectura. Estaba de vacaciones y, a la semana, ya me había leído todo lo que había
comprado para mí misma. No tenía más remedio que intentar con el niño mago. O ver
televisión.
Se podrán imaginar que no vi televisión. Me demoré
medio día con el primer libro, aproximadamente uno con el segundo y el tercero
y dos con el cuarto. Antes que se
acabara la semana ya era una fanática más.
Obviamente esto hizo que mi hermana quisiera
leerlos. Eran sus libros, después de todo. Yo se los estaba quitando. Antes de
que yo terminara el segundo ya ella había comenzado con el primero. El resto es
historia.
Cuando nos enteramos de que iba a salir el quinto
libro, mi hermana comenzó a leer en inglés. Recuerdo haberme burlado de ella:
el libro saldría en español aproximadamente seis meses después de lo que saldría
en inglés. Yo iba a saber lo que pasaba, y ella no!
Leí el quinto libro en un día. A ella le tomó dos
semanas, con un diccionario en la mano y preguntando palabras cada página. Pero
lo terminó.
Para cuando salió el sexto y nos fuimos a parar en
fila a medianoche nos peleamos para ver quien comenzaba a leer primero. Yo gané
y, a las 7AM, cuando terminé de leer, la desperté para contárselo. A ella no le
hizo gracia. Tomó el libro y se puso a leer. A las 3 de la tarde ya había
terminado.
Del séptimo tuvimos que comprar dos ejemplares. Ya
no había marcha atrás. Harry Potter nos había puesto al mismo nivel. Ahora mi
hermana lee tanto como yo. Y si, aún seguimos peleándonos libros. Pero ahora lo
hacemos en igualdad de condiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario