Todo menos política en este blog, me dije cuando comencé.
Claro, eso es mentira podrida, y además, ya en otras ocasiones he faltado a mi
propia regla, pero lo he intentado, eh. Lo he intentado. Estas cuestiones de
opiniones siempre son un poco escabrosas. No todo el mundo está de acuerdo. La
gente se las toma a pecho. Al final, casi siempre llevan a una pelea.
Pero, bueno, a pesar de los “no hay que opinar hasta que nos expliquen”, “hay que esperar la reglamentación” y el muy famoso “se harán seminarios y charlas para que
entiendan”, me atrevo a dar mi opinión sobre la Ley 510, que fue hoy, ya,
aprobada en tercer debate.
Es una mierda.
Opinión legal esta,
eh.
Yo puedo no ser una experta. Solo hice una tesis de
derecho de autor, trabaje con marcas y propiedad intelectual por los tres
primeros años de mi tiempo como abogada. (Lo he abandonado, eso sí lo admito. Caí
en el mundo de los litigios). Pero realmente, expertos o no, no se necesita más
que una PIZCA de sentido común para ver que lo que pretende la Ley 510 es un poco…pues,
un poco …bueno, bastante preocupante.
La DGDA (Dirección General de Derecho de Autor) puede,
de ahora en adelante, por una SIMPLE sospecha, imponer una multa. Bueno, dirán,
esto es ir hasta las últimas para proteger al autor. Esto está bien.
Pero no lo está, primero, porque la presunción de
inocencia se va al carajo. De ahora en adelante, en estos casos, en Panamá, no
eres inocente hasta que se pruebe lo contrario, no. Eres culpable. Bueno, eso
asumiremos. Ahí tienes 15 días para probarnos que no lo eres. Da miedito, ¿no?
Ni siquiera es eso lo peor. Lo peor es que, la DGDA es
ahora Juez y parte. Nooo, parte no, me dirán. Pero, como nosotros, los autores,
no veremos NI UN SOLO CENTAVO, en estos casos, sino que el dinero de las multas
ira directamente al funcionario que la impuso (como incentivo), pues, me
perdonan, pero Juez y Parte. No hay otra manera de decirlo.
¿Proteger a los creadores? No. No vengan con
historias. A la ley 510 no le preocupa proteger a los creadores. Le vale tres
la propiedad intelectual. Esto es,
simplemente, un negocio. Un negocio que, como está estructurado, permite que
una misma institución imponga una multa, se beneficie de esta multa…y si tú
eres inocente, pues…ahí veras como lo pruebas. Acá ya eres culpable hasta que
se pruebe lo contrario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario