Cuando le pregunté a Siri ayer si estaba gorda (no
me juzguen, pero cuando uno está aburrido y no encuentra nada que hacer no hay
nada más divertido que conversar con Siri. Vayan, pregúntenle cual es el significado
de la vida. Best. Answer. Ever. ) su
respuesta fue: I’d rather not say.
Obviamente no es para tomarse lo que dice Siri, que
seguramente está programada para the
funniest answer, seriamente, pero me quedé pensando en lo susceptible que
somos las mujeres a este tipo de…ahem…bromitas.
For the record, y dejemos esto claro antes de
siquiera ponernos a discutir sobre el tema, nunca es aceptable decirle a una
mujer que se ve gorda. Ni rellenita. Ni, más sana. Tampoco se les ocurra
utilizar la frase mejor alimentada. No, sencillamente es mejor no comentar
sobre el peso de una mujer. Comenten sobre sus zapatos. Su ropa. Sus aretes. O,
simplemente, hagan un cumplido de esos generales, y ya está. Lo que quieran. No
hablen sobre su peso.
Hay unas pesas (últimamente las he visto en todos
lados) que te gritan ESTAS GORDO! ESTAS GORDO! en vez de darte de manera
callada y conspicua las malas noticias. Supongo que es algo así como una
terapia de shock, cuando estás tan gordo que tu pesa te grita, algo debes hacer,
¿no?
Pero, en el fondo, yo creo que uno siempre se siente
gordo. O, al menos, nunca se siente contento con uno mismo. Siempre hay el: podría
quedarme mejor este pantalón si perdiera cinco libras. O tres. O, a veces hasta
una. Podría tener cuadritos. Mis brazos podrían estar más tonificados, mi
trasero podría ser más pequeño, más grande, etc, etc, etc.
Hacemos cosas extrañas por conseguir la perfección
(que nunca, nunca conseguiremos), dietas extremas (alguien que me explique lo
de la dieta de las uvas, que yo amo las uvas, pero eso de comer SOLO uvas por 8
días me parece, bueno, además de requeterecontra estúpido, muy, pero muy
aburrido. Y exagerado, sí. Exageradísimo). Algunos hacen dos horas de spinning
(yo con 10 minutos ya estoy en el piso). Otras personas están ya en el gimnasio
cuando tu llegas, y cuando vas saliendo, ya vuelta leña, todavía no parecen
estar ni cerca de terminar.
El punto es que, tendemos a la exageración. En todo.
En la forma que nos vemos. En la forma en que intentamos cambiar como nos
vemos. Y sí, pues, claro que hay que comer más sano (aquí me tienen a mí, con
mi manzana de snack), y obviamente que un poco de ejercicios no le hizo daño a
nadie (Shaun T y yo tenemos noches intensas), pero, en el fondo, creo que lo
que hace falta es un poco de perspectiva. Eso y comerse el helado de vez en
cuando. Si no, que aburrida seria la vida, ¿no creen?
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