Este el tema de nunca
acabar. En serio. De NUNCA acabar. Todo el mundo tiene una opinión, algunas controversiales,
otras un poco menos. Hubiera pensado que
la consecuencia normal del fallo de la Sección CUENTO en el Concurso Ricardo
Miró 2014 hubiera sido una amplia discusión sobre el tema. Pero eso no ha sucedido.
Con respeto a todos los involucrados, esto ya va siendo más algo así como un
concurso de pataletas. Y ese es el problema. Podemos estar en desacuerdo. Es más,
es hasta sano que lo estemos. Pero que las diferencias de opinión sirvan para
algo. Que sirvan para mejorar. Para crecer.
Como de opiniones vamos,
esta es la mía: No está mal que el concurso se haya declarado desierto. Los
concursos son, hasta cierto punto, una ruleta rusa. Todos los entendemos. Una
cosa es calidad literaria y otra es gustos, y las dos cosas influyen al momento
de que cada jurado tome su decisión. Este año los tres jurados coincidieron en
que para SU criterio y SUS gustos, no había un claro ganador.
Repito, su criterio, y sus
gustos. Quizás otro jurado hubiera decidido diferente. Tal vez haya gente que
piense que no es justo. Pero es que estos son los jurados que tocaron en el
2014. Este es su criterio. Si no respetamos
el criterio de esos jurados, como podemos respetar el de los jurados del año
anterior, o el de los jurados que hace unos años premiaron a Neco Endara, o el
de los jurados del próximo año y el que sigue, y el que sigue.
Para mí, por ahí va la cosa,
por una cuestión de respeto, puro y simple. A mi hay escritores panameños muy
buenos, muy reconocidos, con gran trayectoria, que simplemente no me gustan. No
me mueven. Puedo leer sus escritores, reconocer la técnica, saber que tengo
mucho que aprender de ellos y, al mismo tiempo, no disfrutarlos. Hay otros que
adoro por encima de todas las cosas. Así es la vida. Por eso somos diferentes.
Que aburrido seria si nos gustara lo mismo.
Los jurados son personas (LO
SON, LO JURO). A veces, a nuestro parecer, se equivocan. Pero sus
equivocaciones, o no, sus gustos, sus criterios, nada tienen que ver con la discusión
real que debería estar ocurriendo en este momento.
Discutamos que hace falta en
la cuentística panameña, que temas requieren más profundidad, que técnicas se
usan muy poco, quienes son los maestros a seguir. Leamos a los extranjeros, no porque no seamos
lo suficientemente buenos, sino porque hay cosas que aprender de todos lados, y
el día que dejemos de ver esta realidad es el día en que realmente nos quedaremos
estancados.
Que el fallo sirva de algo,
compañeros escritores (dicho con voz de dirigente estudiantil). Que sirva para
aumentar las ansias, no de ganar, sino de escribir una obra que valga la pena
ser mencionada a lado de la de Chuchu Martínez, Rogelio Sinan y Ernesto Endara.
No nos quedemos atrás. Camino siempre hay.
*(Agrego la foto de los ganadores este año porque mi Isa se ve tan linda y me dan ganas de abrazarla, y este es mi blog y si quiero echarle flores a mis amigas lo hago, pues :)
Bien dicho.
ResponderEliminarDecía el arquitecto Gaudí (quien jamás ganó un premio) después de cada fallo: "si hubiera sabido quiénes eran los del jurado, no me inscribo en el concurso". Eso me hizo entender lo que dices, que esto de los concursos es la coincidencia de tres jurados, pero ni ganártelos te hace buena escritora, ni perder te hace un caso fallido. Mira que Chuchú nunca ganó un premio en Poesía...
ResponderEliminarLastimosamente cuando se trata de una determinación hecha por tres personas, los gustos van a influir. Hay que aceptarlo con un poco de filosofía y sabiendo lo que eso significa, exactamente lo que dices, no te hace bueno ni malo, solo es una circunstancia.
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