¡Feliz día! Y feliz cumpleaños, Sinan, allá donde estés.
Qué bonito que hoy, 19 años después de
tu muerte, todavía te estemos recordando. Ojalá nunca te olvidemos. Ojalá nunca
olvidemos.
“Yo siempre quise ser escritora”. Esa es la historia
oficial. Yo supongo que, en el fondo, no es cierta. Nadie nace queriendo ser
escritor. Pero, quizás, uno nace con el
gusanito de la lectura.
Tal vez uno tiene que darle las gracias a sus padres
(GRACIAS!!!), por pegárselo. A lo mejor uno disfruta tanto de esos otros mundos
que va descubriendo a través de los libros que empieza a inventarse los
propios.
Y, quizás, uno tiene la suerte, como yo, de
encontrarse en el camino con personas maravillosas. De entrevistar a Neco
Endara por tres horas, allá, cuando todavía no estaba segura de que carajo era
escribir ni cómo hacerlo. De contagiarse de esa magia (porque no hay otra
palabra para describir a Neco). De tomar un Diplomado en Creación Literaria que,
años después, significa no solo grandes amigos y grandes ideas, sino también poder
decir que sí, yo también di clases con Raúl Leis.
De que alguien te de una lista de libros por leer. De
que alguien te regale uno cada vez que te vea. De que alguien esté ahí, a cada
paso, cuando estas tratando de publicar tu primer libro, editando, aconsejando,
y, aunque, para ser honesta, no estás de acuerdo con todo (o, a veces, con
nada), de lo que esa persona diga, al final del camino, el interés es más que
suficiente.
De que alguien, alguna vez, te pusiera una tarea tan
pero tan pero tan difícil (Escribe un cuento sin adjetivos ni adverbios, me
dijo), que pasaste una semana maldiciendo, pero luego la hiciste, y aprendiste,
y ahora, eres mejor (Te estoy mirando, Carlos).
Y es que, para mí, eso es lo mejor del día del
escritor. Otros días se celebra al libro. La palabra escrita tiene muchísimos momentos.
Los escritores, nosotros, los panameños, la gente…eso es lo que importa hoy.
Así que, amigos…compañeros, casi diría hermanos…hoy
les tengo que dar las gracias. Por cada
palabra que han escrito. Por cada sentimiento que esas palabras han despertado
en mí. Por darle vida a lo que yo he, finalmente, decidido no que quiero ser,
sino que ya soy. Gracias por mostrarme el camino, por acompañarme en él, por
seguir descubriéndolo.
Y, Feliz día del Escritor Panameño. A celebrar!
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