Andaba de parranda, dice la canción. O, mejor dicho,
andaba de vacaciones. Todavía no estoy segura si ya regresé. Regresé de mente,
pero mi cuerpo está atrapado todavía en ese in-between
que tiene que ver con no estar acostumbrado a escuchar la alarma y TENER que
pararse, que involucra cosas como tacones (por más que amo los tacones, las
vacaciones no son el momento adecuado para ellos, por regla general. Comodidad
ante todo), ropa seria, y no tener frío.
Pues sí, porque hoy, por primera vez en mucho
tiempo, el aire acondicionado en mi oficina esta FULL y no tengo frio. Todo volverá
a la normalidad en unos días, estoy segura, esto no puede durar, pero, por
ahora, mi mente todavía relaciona que allá, donde estaba hace un par de días,
ALLA hace frio. ¿Esto? Esto es un chiste.
Y, pues, tengo muchas cosas que contarles. Muchos
posts diferentes. Un par de book reviews (y pensar que cuando comencé este blog
pensé que solo hablaría de cosas literarias. Pero bueno, la literatura es vida
y al revés, o algo así), algunas fotos. Muchas fotos bonitas. Algunas no tan
bonitas. Curioso cómo la gente siempre comparte solo las fotos bonitas. Tengo
ganas de ir a buscar las mejores y peores fotos del viaje y compartirlas, por
igual. (Digo esto porque no las he visto, luego capaz que cambio de opinión,
eh. Me reservo el derecho).
Se acabaron las vacaciones. Fueron estupendas. A una
parte de mi le gustaría estar todavía allá. Un parte (grande, eh) extraña a esa
gente que se quedó allá, esa gente que es parte de las vacaciones, pero que uno
querría que fuera parte del día a día. Toda yo doy gracias por los amigos que
me han tocado.
Pero, ayer, cuando se abrieron las puertas del aeropuerto,
me sentí feliz de estar en casa. Al final, Dorothy tenía algo de razón …por más
que uno se vaya lejos, por más que disfrute, por más que quiera, por más que,
cuando uno esté aquí, tenga ganas de irse ….there
is just no place like home.
Quien es Dorothy?
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