Se acabó el año. O, casi se
acabó el año. Hora de las resoluciones de año nuevo. De las decisiones de que
cosa queremos ser. De qué cosa queremos dejar de ser. Qué cosa vamos a intentar
ser. Todas esas cosas que duran unas buenas dos semanas de enero. Es la hora de
las buenas intenciones.
Como no pretendo que este
sea mi post de resoluciones (ese viene el 1 de enero), diré que en el 2013
pretendo dejar de ponerme limitaciones. Dejaré de creer que hay cosas que no
puedo hacer. Seguramente hay miles de cosas que no puedo hacer, pero esas las
descubriré a los golpes. (Esto es como una manera de bonita de decir que este
año, intentare más cosas. Pero,
bueno, tampoco intentaré tantas… I still don’t think bungee jumping is in my
future).
Yoga is. Oh, yoga. Me voy a
convertir en una de esa gente mega-annoying que jura que el yoga es una de esas
cosas súper maravillosas sin las cuales no pueden vivir. He hecho yoga por más
o menos un mes y ya casi me siento como una de esas personas. Pero, en serio.
No sé cómo he vivido mi vida sin hacer yoga.
También me voy a convertir,
o bueno, voy a volver a ser, una de esas que lleva un libro a todos lados. Lo
era antes, pero, por un rato, deje que el trabajo me distrajera. Extraño mis
libros. Extraño leer. Dije que iba a leer 100 libros este año y de a milagro
llegue a sesenta. SESENTA. Qué pena que me da. Supongo que el hecho de que no
tuve ni una pizca de vacaciones tiene mucho que ver con eso. No tuve tiempo.
Vacaciones. Sí, eso. Este
año tendré vacaciones. No se puede trabajar tanto. Este año escribiré más,
también. O quizás, simplemente, me organizare mejor. Esto se parece ya a un
post de resoluciones, exactamente lo que no quería que fuera. Pero, ya es hora.
Hora de comenzar a pensar. Comenzar con las listas. Hora de ser exactly who you are. Hora de
dejar de ser who you think you’re not. If not now, when?
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