Una amiga muy querida comenzó con el feeling de las confesiones hace poco, y,
pues me inspiró a sentarme a pensar en que exactamente confesaría yo, si
tuviera que hacer lo mismo. Y no hablo de pequeñas confesiones, no, hablo de
esas que dan pena. Esta es la respuesta:
Lo confieso. Leí Twilight. Pido perdón por mis transgresiones,
pero es que, tienen que entenderme… ¿Cómo criticar sin leer? Y no, no leí los
cuatro libros, tampoco soy masoquista. Solo el primero. Y bueno, sí me salte
algunas páginas. Bastantes. Casi todas. Ahora estoy comenzando a pensar si
debería contar como que lo leí. Y si, fui a Wikipedia a averiguar que pasaba después,
porque I’m addicted to the train-wreck
factor.
Vi la película también. Granted, tuve que
emborracharme para hacerlo, pero la vi (I blame you, C!). Les juro, después de
ocho shots de hard liquor, es mega divertida. Seguramente la gente en el cine
no estará de acuerdo conmigo.
Intenté leer 50 Shades of
Grey. Otra vez, tiene que
ver con lo de poder criticarla. No pude. Y tengo una high tolerance for crap, eh. Pero, que va. Too much for me.
He visto todos y cada uno de los capítulos de Grey’s Anatomy, la mayoría de ellos más
de una vez. Si, ya se, es un poco melodramático. Irreal. Pero, me gusta. No
puedo evitarlo. También me gustan los realities. Es como ver televisión sin que se requiera ningún
pensamiento elevado. No me tienen que decir que la mayoría no son reales, etc,
etc, etc. Ya sé. Igual me gustan.
Me gustan las papitas fritas, no con kétchup, sino
con helado de vainilla. Batido, aun mejor. No me gustan los hot-dogs. Odio el
blue cheese.
También, a pesar de todo lo que digan o dejen de
decir, pues, si, me gusta Ricardo Arjona. Me encantan los musicales. Soy perfectamente
capaz de pasar un día entero en el sillón, sin moverme, viendo deportes. Y,
ayer, vi Australia, completita. Por segunda vez. Hugh Jackman does that to me.
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