viernes, 19 de octubre de 2012

Facing a day without makeup is a daunting task

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Parece mentira. Cuando tenía 16 años nunca me hubiera podido imaginar que diría esto, pero, levantarse en la mañana y tener que ir a trabajar sin maquillarse da miedo. No miedo, no. Terror. Del bueno. Del que da ganas de quedarte en casa debajo de las sabanas porque que te vean tu cara así, al natural, pues, es espeluznante, casi tan espeluznante como tus ojeras. 

Lo divertido es que justo ahora me estoy recordando que en primer trabajo, como ayudante estudiantil en la ACP, no me puse una gota de maquillaje durante los tres meses que trabajé. Es más, ahora que lo pienso, ni siquiera sé si me peine. Mi mamá me lo recordó todos y cada uno de los días que duré en el trabajo (un trabajo de verano, no vayan ahora a creen que me despidieron por la falta de maquillaje y/o peinilla), pero yo, con la sabiduría infinita de los 16 preferí dormir 10 minutos más que ponerme, aunque sea, algo de base.

Tiempos aquellos. Cuanto daría por regresar.

El martes fue un día normal. Común y corriente. Me levanté, comí cereal, comencé a maquillarme, me puse delineador, y zas, ahí se apareció Murphy, que no era que estaba completamente ausente de mi vida, eh, pero bueno, no la había regado completamente hace rato. Alergia. Al bendito delineador. El mismo que llevo como tres o cuatro meses, ya ni sé cuánto, usando. 

No soy tonta, yo sé lo que tengo que hacer. Pastillas para la alergia. Cero makeup. Y a esperar. Pensé que la cosa seria un día. Vale, un día puedo soportarlo. La gente en la oficina me verá, pensé, pero eso no se puede evitar. Al día siguiente todo vuelve a la normalidad. Pero ya van CUATRO DÍAS ASÍ. CUATRO. He tenido que salir a la calle. Ir a los Juzgados. La gente me HA VISTO.Y ya sé que seguramente lo he empeorado intentando maquillarme y todo eso (No con el mismo delineador, obviamente, todavía me queda una PIZCA de sentido común. Es más, ni siquiera he intentado ponerme delineador. Pero, pero, pero…es que ustedes no entienden. Yo soy pálida. No un poco pálida, muy muy pálida ojerosa. Una vez alguien me dijo mapache. Así de ojerosa. Es un crimen salir a la calle sin maquillaje).

Y si, ya sé, a los 16 años yo misma no lo pensaba, pero bueno, los años traen la sabiduría, Así que le pido a Murphy, al universo, a mi cuerpo o a quien sea que este conspirando contra mí que por favor, me dejen en paz de una buena vez. Necesito volver a la normalidad. Y, bueno, a esta, ahem, avanzada y sabia edad, mi “normal” incluye algo de maquillaje. You hear me Murphy? Deal with it.

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