miércoles, 25 de julio de 2012

Personajes más odiados en la literatura (I)

0 comentarios
 

Hace rato que quería escribir una lista así. Uno lee un libro por muchas razones. Le gusta por muchas otras. A veces uno disfruta del libro aunque no disfrute del personaje. A veces uno disfruta del libro precisamente porque no disfruta del personaje. 

Algunos de los personajes de mi lista son personajes maravillosos. Redondos, como diríamos. Tridimensionales. Con un pasado y una razón de ser. Tal vez por eso se encuentran aquí. Porque el autor ha creado un personaje tan bien logrado que no nos queda más que odiarlo. Otros, sin embargo, están aquí simplemente porque…bueno, porque con cada cosa que leemos de ellos, más ganas tenemos de tirar el libro contra la pared. Porque les hace falta algo. En algunos casos, porque les hace falta todo. 

Obviamente esto es una cuestión de opinión. He leído muchas listas de este tipo que incluyen personajes que yo amo con locura (si, se puede amar a un personaje con locura). Pero esta es la mía. Quizás estén de acuerdo. Tal vez no.  

  1. Bella Swan, Twilight. Si tengo que hacer una lista, Bella siempre irá de primera. Bueno, si es una lista mala. Decir que la detesto casi que se queda corto. Es el personaje más inútil que he tenido la desgracia de leer, completamente co-dependiente y sin una pizca de personalidad. A veces se deprime y la autora mata arboles dejando páginas y páginas en blanco para expresar sus sentimientos. Excepto que así es ella. Todo el tiempo Como una página en blanco. Llamarla una heroína es un insulto a las verdaderas heroínas. Bella no es fuerte. Bella no se salva a sí misma. Ni siquiera lo intenta. Al contrario, ella se sienta a esperar que la salven, una y otra vez. El que la salva más gana su amor. The end.
  2. Heathcliff, Wuthering Heights. Comenzaré por decir que este es uno de esos casos donde amo el libro, a pesar de que el personaje principal no es muy de mi agrado. Es más, ninguno de los dos principales es de mi agrado. No tengo idea de porque me gusta el libro. He visto por ahí una tendencia a idealizar el personaje de Heathcliff. Muchos lo ven como un héroe romántico y les perdonan sus rabietas y sus malos comportamientos. Es el amor que lo hace reaccionar así, dicen. O el dolor. Pero, honestamente, hay poco de romance en su comportamiento abusivo, manipulativo y negligente. Heathcliff no es un héroe, ni nada por el estilo. Pero si es un personaje maravilloso.
  3. Edward Rochester, Jane Eyre. La razón por la que nunca pude enamorarme de este libro es porque Mr. Rochester es uno de los peores “héroes” de la literatura. No es romántico. Ni siquiera es muy amable. Es más, siempre me he preguntado que vio Jane en él.  Para mi mejor hubiera sido que terminara sola. Después de todo, un hombre capaz de encerrar a su esposa en el ático no se merece un final feliz. Y no me vengan con eso de que estaba loca, eh. Cero excusas.
  4. Dolores Umbridge, Harry Potter Series. Hay muchos villanos en Harry Potter. Pero el personaje más detestable para mí, es, sin lugar a dudas, el de Dolores Umbridge, profesora de Defensa contra las Artes Oscuras en el quinto libro. Quizás es porque es fácil ver a Voldemort, y a los mortífagos, como personificaciones del mal. Dolores es más humana, y por lo tanto, más detestable. Tal vez es porque todavía recuerdo sus castigos a Harry. Y quizás, también es porque ella me hizo tirar el libro contra la pared más veces que todo el resto de los personajes juntos.
  5. Robert Langdon, El Código Da Vinci. No sé cómo se me ocurre poner a Robert Langdon en esta lista. Primero, porque eso significa admitir que LEI El Código Da Vinci, cosa que, en mis mejores momentos, me gustaría olvidar. Segundo porque el condenado es simplemente perfecto. No es broma. No hace nada mal. Y, además de todo eso, lo sabe ABSOLUTAMENTE TODO. Y lo que no sabe, lo deduce en 0,3 segundos. Ah, y es Tom Hanks (esto no es culpa del autor, eh. Lo demás sí). ¿Recuerdan cuando hablamos de personajes redondos, tan bien construidos que a veces, por más que fueran los villanos, uno no podía evitar quererlos? Pues Robert Langdon es el ejemplo perfecto…de lo contrario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
© 2012. Design by Main-Blogger - Blogger Template and Blogging Stuff